Llegamos a este lugar por el accidente de Cleto Antonio, quien el pasado 17 d enero cayó de un volquete de la empresa Agroindustrias San Jacinto, que lo transportaba a su lugar de trabajo; de inmediato su cabeza empezó a sangrar. Sus compañeros gritaron y silbaron para que el chofer frenara la movilidad, fueron ellos quienes en un mototaxi lo embarcaron al hospital más cercano, junto a uno de sus vecinos quien labora con él.
Cleto tiene 2 pequeñas hijas y vive en la penúltima casa de este asentamiento, en las faldas del cerro en medio de basura, piedras y tierra, en el cause del río, donde debería haber un muro de contención que soporte el desborde de las aguas y evitar así que se produzca una desgracia que deje marcada a estas familias.
Las casas en su mayoría son de estera o de caña brava sin barro, los techos no cuentan con plástico que protejan a estas familias de las lluvias que se vienen dando con mucha frecuencia en el lugar.
En San Cristóbal no hay fluido eléctrico, ni agua, mucho menos desagüe.
Para poder hacer sus necesidades tienen que caminar hacia el cerro y perderse entre piedras, tierra, moscas y víboras que atentan contra su vida; pero “por eso pasamos todos”, dice Juan Ponce presidente de este lugar, quien afortunadamente ya vive en la parte que esta más cercana a la pista, donde ya cuentan con ciertas facilidades como un caño que les brinda agua por 3 horas al día para toda una calle.
La cisterna de agua de la municipalidad distrital de Nepeña sube a esta zona 2 veces por semana para abastecerles del líquido elemento, pero ¿es suficiente?, viven entre moscas y como no, si ni siquiera cuentan con los servicios básicos.
Las familias en su mayoría tienen un ingreso regular de 520 soles al mes y en otros casos no llegan ni a este mínimo.
Padres alcohólicos, madres solteras e incluso niños sin partida de nacimiento son temas muy frecuentes en este lugar.
Este conjunto de personas están lideradas por Andrea Aguilar Córdova, quien acompañada de 5 personas más, están elaborando un video que refleje la realidad de 14 familias para que personas bondadosas colaboren y les proporcionen uniforme e útiles a estos chicos, quienes han sido evaluados para poder formar parte de esta cadena.
“No se puede ayudar a todos ahora, pero sabemos que esta cadena de amor se extenderá y cada año se podrá lograr que más niños vayan a estudiar”, mencionó Andrea Aguilar.
Aclaran que ninguno de los integrantes recibirá los obsequios, sólo servirán de puente para sacar a la palestra la problemática del lugar y quienes tomen la decisión de apoyar a estos chicos, tendrán que hacerlo personalmente o en caso de encontrarse en orto lugar lo harán a través de un familiar y ellos realizarán un registro de lo que el denominado padrino ofrecerá al pequeño que desea ayudar.
El objetivo de este grupo es que San Jacinteños que estén Estados Unidos le brinden a estos niños la oportunidad de forjarse un mejor futuro, en base a esfuerzo y dedicación, pero también que en su pueblo se fomente la solidaridad; valor tan importante que es la base para el desarrollo de un lugar. Todos tenemos algo que compartir , a veces damos de lo que nos sobra, pero el valor de las cosas acaso no radica en desprendernos de algo nuestro para darlo a nuestro prójimo que lo necesita.
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